martes, 30 de diciembre de 2008

el despertar


Aun recuerdo el shock. Recuerdo mi primer día y lo tan aterradamente frustrada y rabiosa que estaba. Todo me parecía una tomadura de pelo, de muy mal gusto. Al principio no me lo creía, no podía creer semejante mala suerte y, peor aun, que haya sido yo la elegida para semejante situación. No es que vaya de creída ni mucho menos pero estaba más que segura que no me merecía eso. Absolutamente para nada.
Sin embargo, dadas las circunstancias, decidí esperar. Decidí esperar a que algún cambio llegaría y que algún ángel de la guarda vendría a salvarme. Obviamente, después de unos días me di cuenta que ese tipo de cosas sólo pasan en las películas y poco más. Mis esperanzas se derrumbaban, mi furia aumentaba considerablemente días tras día y nadie me daba una explicación coherente para justificar semejante desastre.
El puesto lo recuerdo horrible, una cosa que jamás habría imaginado para mí. Algo tan sencillamente fuera de mis oportunidades y mis intereses que no tardé mucho en cogerle un odio atroz. Y, no dudando que estallaría un día y no seguiría con esa situación sarcástica.
No creía de mi misma estar en un sitio así. Recuerdo esas apelaciones, esas reacciones y esos pensamientos tan nítidamente que no puedo creer cómo he cambiado en tan poco tiempo. No sólo nunca llegaron esos estallidos y gritos al cielo que soñaba dar mientras cerraba la puerta con rabia detrás de mi…sino que me he acostumbrado a esa situación. YO! Después de tantos meses y tantas peripecias aun sigo allí. Ni yo me lo puedo creer. Incluso pensaba que era lo único que podía hacer…Llegué hasta tal punto bueno, perdón, llego a tal punto de resistencia que ni yo me lo puedo creer. Pero, sinceramente y más allá del dinero y por mi propio bien, esto debe acabar. Debo ir a algún sitio donde se me valore mejor o empezar a valorarme mejor yo misma. Esto, definitivamente, no puede continuar así y es de suma importancia acabarlo cuanto antes por mi propio y único bien.
Buenas tardes.

No hay comentarios: